Tips para cortar pasteles

¿Alguna vez les ha tocado cortar un pastel y cuando empiezan a hacerlo sienten que lo están destrozando? No pasa nada, les daré unos “tips” para que en su próxima reunión sean expertos cortando pasteles.

Primero que nada, hay que saber que los pasteles con una consistencia pegajosa o melosa (cheesecakes, entremets, pasteles con caramelo o dulce de leche), tienen que cortarse con un cuchillo mojado, ya que esto impide que se nos quede medio pastel pegado en el cuchillo al momento de hacer el corte. Posteriormente, una vez hecho el corte, en caso de que se haya quedado algún residuo en el cuchillo procederemos a limpiarlo, mojarlo de nuevo y volver a cortar la siguiente porción, y así continuaremos entre cada corte.

En el caso de los pasteles de 3 leches con nata es recomendable limpiar nuestro cuchillo cada vez que hagamos un corte en el pastel, ya que la nata que se pueda acumular en el cuchillo podría hacer que el siguiente corte se desbarate, recordemos que el pastel 3 leches es un pastel húmedo y, por lo tanto, su consistencia es suave y delicada.

¿Quieres saber cómo sacar el mayor número posible de porciones de un pastel?

Un truco que solemos utilizar mucho en México, y en otros países de Latinoamérica para hacer rendir el pastel, es cortar un pequeño círculo en el centro de tu pastel. Marcamos bien el círculo y cortamos hasta el fondo, de tal manera que te queden dos círculos, uno dentro de otro. Posteriormente, procedemos a cortar las porciones del círculo más grande, según el tamaño que desees, mientras más delgada más porciones. Al final de repartir las porciones tendrás una mini tarta correspondiente al circulo que cortaste al inicio, la cual puedes repartir por si alguien más quiere repetir.

Y hasta aquí los “tips”, espero que les sean de utilidad, y me cuenten si les han funcionado.

Tradiciones Mexicanas ¿Te tocaron los tamales para el día de la Candelaria?

El 2 de febrero en México celebramos el día de la Candelaria con la tradicional
tamaliza. Si te salió el muñequito (Niño Dios) en la Rosca de Reyes, seguramente estás preparando el pago de los tamales. Pero ¿qué es el día de la Candelaria?, ¿por qué se celebra así en México?, ¿Cuál es su origen?, ¿Por qué comemos tamales y no otro plato?

La fiesta de La Candelaria es un rito católico que comienza en la Navidad, con el nacimiento de Jesús. Muchas familias mexicanas colocaron un nacimiento en su hogar durante las fiestas decembrinas y comieron rosca el 6 de enero, aquellos que en su deliciosa rebanada sacaron al “muñequito” que simboliza al niño Jesús, se convierten en los “padrinos del Niño” y tienen que ofrendar tamales el 2 de febrero, día en que según la tradición “se levanta” al Niño Dios del pesebre para “vestirlo”. Todavía en los mercados o en las zonas más tradicionales de México, hay lugares en donde ”visten” a los Niños Dios como parte de esta fiesta popular.

¿Por qué comemos tamales y no otro plato?

El tamal es un alimento con base de maíz, relleno de diversos guisos, e ingredientes dulces o salados, envuelto y cocido en una hoja vegetal que lo mismo puede ser hoja de maíz, plátano, carrizo, chilaca o papatla.

En toda América Latina existen los tamales, aunque se les conoce con otros nombres. En México particularmente, tamal viene del náhuatl “tamalli” (que significa envuelto) y se dice que somos el país con más variedad de tamales en el mundo.

Comer tamales en esta fecha en México es un capricho gastronómico. Similar a casi todas las fiestas mexicanas. La Candelaria es una mezcla de tradiciones prehispánicas y católicas. Así como se festeja la presentación de Jesús en el Templo de Jerusalén, nuestros antepasados conmemoraban el primer día del año azteca en honor a Tláloc, Chalchiuhtlicue y Quetzalcóatl.

Los tamales siempre estuvieron presentes en las ofrendas a los dioses, sobre todo porque están hechos de maíz, el material que los dioses utilizaron para crear al hombre según el libro sagrado de los mayas, el “Popol Vuh”. Por lo tanto, comer tamales acompañados con atole o chocolate durante esta fiesta en realidad es una ofrenda al Niño Dios o a los dioses prehispánicos, aunque al mismo tiempo no deja de ser el pretexto perfecto para disfrutar con los nuestros, y de cerrar con broche de oro el tradicional maratón Guadalupe – Reyes.

En caso de que les toque pagar los tamales este día de La Candelaria, y se quieren lucir, aquí les dejo la receta de unos deliciosos tamalitos dulces con zarzamora.

Tamalitos de zarzamora

Porciones: 24 tamalitos
Dificultad: medio
Ingredientes:
 2½ tazas de harina de maíz para tamal (300 g)
 ½ taza de agua (120 ml)
 ¾ de taza de manteca de cerdo o vegetal (150 g)
 2 cucharaditas de polvo para hornear (4 g)
 ½ taza de azúcar (100 g)
 2 tazas de zarzamoras (330 g)
 24 hojas de maíz para tamal hidratadas

Procedimiento:
Combinar la harina de maíz con el agua y trabajarla hasta obtener una masa similar a una masa para tortillas. Agregar más agua si fuera necesario. Reservar. Batir la manteca con el polvo para hornear hasta que se blanquee y esponje. Incorporar el azúcar y continuar batiendo hasta que ésta se disuelva.

Añadir la masa de maíz y batir hasta que tenga consistencia ligera, y que, al poner una bolita de masa en un vaso con agua, ésta flote. Extender un poco de la masa en el extremo más ancho de las hojas de maíz, añadir las zarzamoras y cubrirlas con más mezcla. Para doblar el tamal, cerrar la hoja traslapando los costados de la misma en el centro; compactar la masa en la mitad inferior de la hoja y doblar la punta hacia atrás. Amarrar el tamal con tiras de hoja de maíz si lo desea. Cocer los tamales al vapor durante 1 hora o hasta que se desprendan fácilmente de la hoja.

¿Por qué nos llamamos Amaranto?

Muchas veces nos han preguntado por qué nos llamamos Amaranto, y ha
llegado el momento de contarselos. Decidimos llamar Amaranto a este dulce
sueño, en honor a esos deliciosos dulces típicos representativos de México,
llamados “Alegrías”, que te endulzan el alma en cada bocado. Y como en
Amaranto buscamos endulzar el paladar y alegrar la vida de las personas con
nuestros postres, no encontramos mejor nombre que el ingrediente principal de
las alegrías: el Amaranto.

Así podemos decir que el amaranto, es la alegría de México. Las alegrías son
elaboradas a base de amaranto hinchado, miel, y frutos secos tales como:
nueces, pasas, cacahuetes o semillas de calabaza.

También puede sustituirse la miel, y elaborarse alegrías con chocolate negro,
chocolate con leche o chocolate blanco.

Un poco de historia sobre el amaranto…

El amaranto es rico, ancestral, y nutritivo. Proviene de una planta endémica, comestible llamada huauzontle, semejante a un racimo, cuyo significado literal es “cabellera de amaranto”.

En la época prehispánica, fue uno de los alimentos más importantes en la
alimentación de los pueblos, quizá, fueron los Mayas los primeros en usar el
amaranto al que denominaban «xtes», mientras que los Aztecas lo conocían como «huautli», y además de usarlo como cultivo, en ceremoniales, y como moneda de cambio, sus flores eran utilizadas para adornar tumbas ya que eran símbolo de la inmortalidad. De ahí el vocablo, que en griego significa planta que no se marchita.

Nutricionalmente hablando, el amaranto es considerado un “super food”, por su
alto contenido en proteína como la Quinoa, ya que contiene más proteínas que el arroz e incluso que el maíz, y hasta un 60% más que el trigo. Es rico en vitaminas A, B, C, B1, B2, B3, ácido fólico, niacina, hierro, calcio y fósforo, y sus hojas también son comestibles, por lo que se puede aprovechar toda la planta (huauzontle), la cual se prepara de diversas formas, pero la más popular en México, consiste en rellenar el racimo, capearlo y sumergirlo en un caldillo de jitomate, acompañado con frijoles negros y tortillas recién hechas. Un verdadero manjar de dioses.

Como dato curioso, cabe comentar que La NASA incluyó al amaranto en la lista de alimentos de los astronautas en misiones espaciales, pues pesa poco, nutre mucho y se digiere fácilmente 😉

Así que ya saben nos llamamos Amaranto en honor a “las alegrías” de amaranto que transmiten jubilo y felicidad para el alma en cada bocado, como los deliciosos postres que cada día elaboramos con mucho amor y cuidado en Amaranto Mexican Fusion Pâtisserie.